Cuando el miedo te paraliza y lo tienes frente a ti, solo tienes que tomar la responsabilidad de tus propias decisiones y elegir que hacer. Puedes quedarte en esa posición incómoda, sin moverte de allí, o puedes dar un paso y hacer algo al respecto. No siempre ese paso tiene que ser hacia adelante, puede ser hacia el costado o incluso puedes retroceder… Ah, sí, soy anti frases felices, amigos. Dar un paso atrás no es algo malo, a veces es una decisión inteligente ¿Cuántas veces no ves venir la jugada del oponente en ajedrez y te ves obligado a retroceder para repensarlo que estás haciendo? La vida es igual, así que ante el miedo lo importante es moverse en la dirección que a tu criterio sea la mejor para ti. 

A veces tengo miedo, entonces repito en mi cabeza aquellas palabras mágicas que me recuerdan que vale la pena levantarse mil veces del suelo: “YO PUEDO”. Y si alguien como yo pudo y puede ¿cómo no vas a poder tú? Yo creo en ti, si estás leyendo esto es porque quieres hacer algo con tus miedos y eso vale mucho. Tener la intención ya es dar un paso para cambiar algo luego. Mientras lo creamos posible, la esperanza existe y depende de nosotros luchar para que lo que queremos pueda hacerse realidad… Con o sin miedo, la decisión de tomar acción es solo tuya ¿Vas a quedarte estático quejándote de todo lo que no te gusta? Muévete, ten coraje y vence tus miedo ¡Tú puedes!